Hay muchas respuestas y todas pueden ser verdaderas en algún aspecto.
Pero vamos a la más sencilla. Los monjes Benedictinos son los hijos, los herederos de san Benito.
San Benito nació en Nursia, Italia hacia el año 480 y murió en Montecasino hacia el año 547.
San Benito escribió la 'Regla de los monjes'. Pero no es él el iniciador de la vida monástica. Él también es heredero. Heredero de San Pacomio, San Basilio, San Agustín y una pléyade de monjes nominados e innominados que llegan a remontarse en cierta forma a los primeros tiempos de la Iglesia.
San Gregorio Magno, el biógrafo de San Benito lo define como 'hombre de Dios'. Podríamos decir, entonces, que el monje es ante todo un buscador de Dios.